No oculta su satisfacción por haber
logrado la Alcaldía de Lantadilla, un cargo para el que se ha
presentado en tres convocatorias electorales, la primera como
independiente y las otras dos en las filas del Partido Popular.
Ana María Escudero Caballero, ama de casa y con dos hijos, fue la
única que ayer presentó su candidatura para designar al nuevo alcalde
tras las renuncia de su antecesor, Albino Lobo. Con tres votos
logrados, ha sido elegida alcaldesa en una minoría política que le
obligará a negociar constantemente con la oposición. Para la nueva
regidora, la situación no será un problema, ya que, según asegura,
«gobernaré con la mano tendida para todos y trataré a todo el mundo
igual».
-Se le ve satisfecha por haber conseguido por fin el bastón de mando de Lantadilla...
-Sí. Estoy contenta de poder asumir esta responsabilidad para intentar hacer cosas por mi pueblo.
-¿Cuáles son sus primeros objetivos como alcaldesa?
-Lo primero, arreglar las piscinas municipales para que puedan
utilizarse este verano, que está a la vuelta de la esquina, aunque
espero que las obras se realicen a tiempo para la campaña que se
avecina.
-¿Y después?
-Pues como gran proyecto, me propongo luchar para que Lantadilla
vuelva a ser un pueblo normal, sin las divisiones de estos últimos
años, para lo que trataré a todo el mundo de la misma manera. Para mí,
es prioritario apaciguar los ánimos y tender la mano a todos los
concejales para gobernar en armonía. No se comprende que en un pueblo
de doscientos habitantes no nos hablemos unos con otros, pese a que
siempre hemos sido un pueblo abierto. Lucharé para recuperar esa
armonía. Y en el Ayuntamiento, espero que funcione como en este último
año.
-¿Pero no ha habido una oposición frontal al ya ex alcalde?
-Todos los proyectos se han aprobado por unanimidad, como lo
atestiguan las actas municipales, y no se ha negado ningún proyecto.
-¿La nueva alcaldesa tendrá alguna compensación por el cargo?
-No pienso ponerme ningún sueldo.